Pollo a la barbacoa: el sabor de la parrilla en tu paladar
A la hora de elegir una buena carne para la barbacoa, siempre es conveniente considerar el pollo. Los muslos y contramuslos son los más jugosos, pero las alitas y las brochetas son las más famosas por su inconfundible sabor y presencia. En cualquier caso, prepárate para preparar un pollo a la barbacoa que dejará a tus comensales con la boca abierta.
Esta receta está a la altura del pollo a la pantoja o las alitas al horno con patatas, pero añade el sabor de la salsa que todos conocemos. Para cocinarlo necesitarás un poco de miel, que servirá para darle el toque dulzón.
Ponte el delantal, el gorro del chef y prepárate para mancharte las manos, porque es un requisito indispensable para manejar este plato de la forma más tradicional. Puedes llamar a los niños para que te ayuden hasta que pongas la comida en el horno. ¡Vamos allá!
Receta: Pollo a la barbacoa
Ingredientes
- 1 pollo en trozos
- 150 gramos de miel
- 50 mililitros o una cucharada de aceite de oliva
- 1 cucharadita de mostaza
- 1 cucharadita de vinagre
- 1 cucharada sopera de salsa de soja
- 2 cucharadas soperas de azúcar moreno
Elaboración
Como en cualquier plato de largo recorrido, tienes que precalentar el horno, esta vez a 230º, para tenerlo listo cuando cocines el pollo a la barbacoa.
Empezamos preparando la salsa barbacoa, triturando los ingredientes (a excepción del pollo) en la licuadora. Intenta que se integre bien y que el resultado sea una mezcla homogénea pero un poco espesa.
Un truco que puedes utilizar es emplear el pimentón dulce, modificando las cantidades según veas para conseguir el sabor que necesitas.
A continuación, salpimenta el pollo y ponlo en un molde refractario. Úntalo con la salsa barbacoa ya preparada, para lo cual puedes utilizar una brocha de cocina, o báñalo bien con las manos (o las de tus hijos) para que todas las piezas queden bien integradas.
Ahora llega el momento de la magia. Introduce el pollo dentro del horno, poniéndole la salsa barbacoa de nuevo por encima. Es conveniente que dejes el pollo macerando unos 30 minutos antes de ponerlo al fuego, pero si no, también está bien así.
Abre el horno cada diez minutos y ve añadiendo la salsa poco a poco, para intentar que quede un efecto “tostado” que le dé más sabor al resultado final.
Por último, sácalo del horno y acompáñalo con unas patatas para tener un plato suculento que comer en fin de semana o en un día especial.
¿Te gusta la receta? Prueba con distintos condimentos cuando salpimentes el pollo, o incorpora otros ingredientes cuando tengas el plato terminado, como un tomate o una ensalada que rebajen un poco la densidad calórica del plato final.
Como hemos dicho, llama a tus niños para que te ayuden a preparar la salsa, intentando que no se la coman de lo buena que está. También puedes explicarle la receta a tus familiares para que la preparen en sus días libres si quieres.