Palomitas de pollo para tus peques
Dicen que la felicidad está en las pequeñas cosas. Y cuando nos vamos al terreno de los platos, nos damos cuenta de que los bocaditos más pequeños son los que más placer producen. Y si no nos crees, solo tienes que ponerte el delantal y cocinar estas exquisitas palomitas de pollo.
Los más pequeños de la casa lo pasarán en grande cuando se los des para la cena, o cuando los pongas como entrante para una comida más contundente, como estas pechugas de pollo en salsa azul o este pollo caprese al horno.
Así que vente y descubre la receta desde dentro, porque cuando aprendas a cocinar estas palomitas de pollo te convertirás en un auténtico experto de la cocina rápida, efectiva y muy, muy exquisita.
Receta: Palomitas de pollo
Ingredientes
- 500 gramos de pechuga de pollo deshuesada.
- Sal al gusto.
- Pimienta al gusto.
- Una cucharadita de cebolla o ajo en polvo (según prefieras).
- Una cucharadita de Paprika o pimentón.
- Un huevo.
- Una taza de harina.
- Una taza de leche equivalente a 250 mililitros.
- Una cucharadita de orégano.
- Una cucharadita de cúrcuma.
- Aceite vegetal para freír, preferiblemente de oliva.
- Salsa al gusto (barbacoa, blanca, de tomate frito, mostaza…)
Elaboración
¡Empezamos! Lo primero que debes hacer es poner en condiciones esa riquísima pechuga de pollo. Para ello, tienes que trocear en partes pequeñas con el cuchillo. El tamaño es especialmente importante porque se debe poder comer cada trocito de un solo bocado. En la medida que puedas, los trozos deben tener un tamaño lo más similar posible. Además, así te resultará más fácil de cocinar.
A continuación, coge un cuenco y pon en él la leche y la sal. Mezcla bien los dos ingredientes. Una vez lo tengas, añade los trozos de pechuga de pollo, procurando que queden bien cubiertos. Si tienes tiempo, tapa el cuenco con un film de plástico, una tapa o bien con papel de aluminio para meterlo en la nevera y dejarlo enfriar durante una hora aproximadamente.
Mientras está el pollo en la nevera, puedes comenzar a preparar la mezcla de la harina con las especias que te íbamos adelantando. Para ello, coge un cuenco y ve poniendo la harina, el huevo, otro poco de sal marina, la cebolla o el ajo en polvo, el pimentón o paprika, la pimienta negra, el orégano seco y, si lo deseas, lo cúrcuma u otra especia que te guste.
Remueve bien con las manos limpias o con una cuchara o tenedor de madera todos los ingredientes para que se mezclen del todo. Si necesitas remover más, puedes hacer la mezcla en un bol con tapa para poder agitarlo y que todo sea más fácil y rápido.
Saca los trozos de pollo que tenías en el cuenco con sal y leche con la ayuda de una espumadera y deja que se escurran bien. Una vez los tengas escurridos, debes ir poniendo los trozos de pollo en la mezcla de la harina y las especias para que queden bien cubiertos. Tienen que quedar como el pollo rebozado, pero no deben tener un exceso de enharinado para que la palomita de pollo no coja aceite en exceso.
Una vez los trozos estén envueltos no los dejes en el cuenco, ponlos en una bandeja bien separados hasta que sea el momento de cocinarlos. Este proceso tienes que repetirlo hasta que acabes con todos los trocitos de pollo, de forma que ya tengas en un plato todos los bocaditos para tus peques. ¡Verás cómo lo disfrutan!