6 errores que cometes al cocinar pollo y cómo corregirlos
A la hora de cocinar el pollo, ya sea asado, a la plancha o frito, debemos tener mucho cuidado. Normalmente sabemos cómo hacerlo, pero hay veces en las que necesitamos unos consejos para que no falle ningún detalle en el momento de la comida.
Hoy queremos contarte seis errores muy comunes que se producen desde que compras el pollo hasta que lo sirves en la mesa. Algunos se te habrán pasado por alto, pero seguro que si empiezas a incorporar buenos hábitos en tu día a día consigues tener un pollo perfecto.
Estos son los seis errores y cómo corregirlos:
- Lavarlo o descongelarlo mal. El pollo crudo tiene muchas bacterias y es sensible a los cambios de temperatura, así que no vale con pasarlo por el agua y dejarlo en un rincón. Es importante que, nada más llegar a casa, lo congeles o lo guardes en el frigorífico bien envasado. Si va a descongelarlo, mételo en la nevera un día antes del cocinado dando vueltas durante un minuto. Cuando vayas a cocinarlo, no lo pongas debajo del grifo porque puede que acabes llenándolo todo de bacterias.
- No pensar bien en el pollo elegido para la comida. No es lo mismo un pollo criado en una granja que uno que vive en libertad o semilibertad. Elige aquel que tenga una carne más nutritiva, que contenga menos grasas y guarde mejor el sabor. Al final, merecerá la pena hacerse con un pollo de calidad.
- Cocinar el pollo sin el hueso. Puede parecer contradictorio, pero los chefs recomiendan cocinar el pollo con hueso, porque es conductor del calor y permite que el producto final sea mucho mejor. Eso sí, si queremos comernos unas buenas pechugas fileteadas también podemos, lo importante es que tengamos en cuenta el plato final que vamos a cocinar.
- Quitarle la piel en la sartén. Si nos gusta el sabor del pollo a la plancha o al horno, lo mejor es que le dejemos la piel puesta. Aunque esta tiene fama de ser muy grasa, si la salpimentamos bien y la hacemos lentamente irá quedándose fina y crujiente para el paladar. Eso sí, como es la zona del pollo que tiene un mayor contacto con las bacterias hay que cocinarla bien.
- Presionar o girar demasiado la carne en la plancha. A veces nos impacientamos y empezamos a aplastar la carne con todas nuestras fuerzas hasta que queda hecha un desastre. Hay que evitar estos impulsos negativos y tener paciencia porque, según los expertos, lo mejor es que le demos la vuelta al pollo solo una vez: a mitad de la cocción. Nunca hay que colocar demasiados trozos o amontonarlos para que los jugos no se aposenten.
- No respetar los tiempos en el horno. El muslo y la pechuga tienen cocciones distintas, así que es mejor respetar los tiempos. Siempre es preferible que los muslos estén en su punto aunque las pechugas se hayan pasado un poco, además de atar las patas del pollo entero con una cuerda cuando lo vayamos a cocinar.
Corrigiendo estos seis errores conseguirás que el pollo te quede de rechupete. De la misma forma que es importante elegir una buena salsa para acompañar, también hay que escoger bien el pollo, tratarlo con delicadeza e intentar que no se deshaga en el proceso. Presta atención y verás cómo consigues cocinar los pollos más deliciosos que has hecho nunca.