Innova en la cocina con las mejores salsas para pollo
Si estás cansado de comer siempre lo mismo, no hace falta que varíes mucho los alimentos principales. A veces, cambiar las formas de cocinarlos es más que suficiente.
Con estas salsas para pollo no sólo no te aburrirás, sino que puede ser una buena manera de comer cosas que hasta la fecha no te gustaban.
Las salsas son un acompañamiento perfecto para muchas elaboraciones, capaces de engrandecer un plato. Equilibran, aportan matices, nuevos sabores y aromas. Sin olvidar la jugosidad que dan a la carne. Algunas de las salsas para pollo que te dejamos a continuación son tan versátiles como la propia carne de pollo. Es decir, podrás utilizarlas tanto con pollo asado, como frito, relleno o a la plancha. Eso sí, ten en cuenta estos consejos para cocinar pollo y que te quede perfecto.
Salsas para pollo
- Salsa de tomate. La salsa de tomate es muy básica y fácil de hacer. Es perfecta para acompañar muslos y contramuslos de pollo, pechugas… Además, a los niños les encanta. Para elaborarla, tienes que pochar la cebolla y cuando esté, añadir tomate casero, natural o triturado. Salpimentas, echas una pizca de azúcar para corregir la acidez y dejas que se cocine a fuego lento. Si quieres hacer una salsa de tomate más completa, también puedes echar pimiento rojo y verde y un diente de ajo picadito.
- Salsa de manzana. Esta salsa es perfecta para el pollo asado. En una sartén, rehoga cebolla y cuando casi esté lista, añade trozos de manzana pelada. En el último momento, añade caldo de pollo, sidra o vino blanco y espera a que se evapore el alcohol. Echa sal al gusto y tritúrala con una batidora. Si te gusta encontrarte los trozos, no tritures la salsa.
- Salsa de queso. Es otro básico de la cocina. Elige el queso que más te guste y caliéntalo en una sartén hasta que se funda. Añade nata líquida, sal y pimienta. Deja que dé un hervor y ¡listo!
- Salsa de almendras. A la hora de hacer esta salsa para pollo elige el fruto seco que más te guste. Nosotros hemos elegido almendras. Para hacerla, rehoga cebolla en una sartén y tuesta las almendras. Tritúralo todo con la ayuda de una batidora, junto con una rebanada de pan, hasta obtener la textura deseada.
- Salsa de setas o champiñones. Setas, champiñones, boletus… Esta salsa lo admite todo. Sofríe cebolla y un diente de ajo. Añade las setas troceadas y salpimenta. Cuando estén hechas, incorpora vino blanco y espera a que se evapore el alcohol. Añade nata líquida y deja reducir unos minutos a fuego suave.
- Salsa de yogur. Imagina la diferencia de comer unas simples pechugas de pollo a la plancha o con salsa de yogur. Para hacer esta salsa, echa en un cuenco un yogur natural y añade un diente de ajo troceado, un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra, zumo de medio limón, sal, pimienta y unas hojas de hierbabuena o menta picada. Mezcla todos los ingredientes y ¡a disfrutar!
- Salsa de naranja. El toque agridulce que aporta al pollo la salsa de naranja es exquisito. En una cazuela a fuego suave pon el zumo de 3-4 naranjas, un chorrito de vino blanco, dos dientes de ajo pelados y enteros, dos cucharadas de salsa de soja, dos cucharadas de azúcar, una cucharada de maicena, una cucharada de kétchup, sal y pimienta. Mezcla bien hasta que todos los ingredientes se hayan integrado y no dejes de remover hasta que la salsa no tenga la textura deseada. Retira los dientes de ajo y deja la salsa que se enfríe a temperatura ambiente.
¿Qué te parecen estas salsas para pollo, conoces alguna que no hayamos puesto? Si es así, no dudes en compartir con nosotros la receta en los comentarios.