Viajamos hasta Italia con su receta de pollo a la parmesana
Nos encanta viajar por el mundo a través de la cocina. Hoy, nos vamos hasta Italia de la mano de uno de sus platos: pollo a la parmesana. Una receta con tintes estadounidenses, ya que realmente fueron los americanos quienes versionaron las míticas berenjenas a la parmesana.
Como su propio nombre indica, en la receta no puede faltar un buen queso parmesano y al tratarse de un plato italiano, tampoco, una sabrosa salsa de tomate. Si a esto le añadimos unas exquisitas pechugas de pollo -podéis utilizar cualquier parte del pollo, si lo preferís- el resultado es una de esas recetas que pasará a formar parte de vuestro recetario habitual desde el primer día.
Esta receta no es el pollo a la parmesana de Jamie Oliver, que podéis encontrar en su libro ‘Ministry of Food’. El cocinero británico le añade jamón crujiente por encima y no echa salsa de tomate.
Receta: pollo a la parmesana
Ingredientes
4 pechugas de pollo
4 cucharadas de parmesano rallado
Pan rallado
Albahaca en polvo
Queso mozzarella
Salsa de tomate
Huevo
Aceite de oliva virgen extra (AOVE)
Pimienta
Sal
Elaboración
Limpiar y salpimentar las pechugas. En un plato, mezclar el pan rallado, el queso parmesano y la albahaca y en otro, batir el huevo.
Pasar las pechugas por el huevo batido y por la mezcla de pan.
Calentar AOVE en una sartén y freír las pechugas un par de minutos hasta que estén doradas por ambos lados, ya que terminarán de hacerse en el horno. Intenta no ‘marear’ la carne. Lo ideal es darlas una única vuelta. Cuando estén doradas, sácalas y ponlas sobre papel de cocina para eliminar el exceso de grasa.
Coloca las pechugas en una fuente para horno y cúbrelas con la salsa de tomate. Encima pon el queso mozzarella y espolvorea albahaca.
Precalienta el horno a 185º y cocina durante 20 minutos aproximadamente. Sirve las pechugas de pollo a la parmesana acompañadas de un plato de pasta y disfruta de un completo menú, que encantará a toda la familia.