Tiras de pollo crujientes al parmesano
Hoy, te traemos una sencilla receta a base de pechuga de pollo con aires italianos: tiras de pollo crujientes al parmesano con albahaca. Un plato donde el toque del queso y la albahaca te llevarán directamente de viaje gastronómico al país de la bota. Tanto si eres un cocinero experimentado, como si no, esta receta es apta para ti. Es rápida, sencilla y económica, ideal para afrontar la vuelta al cole.
Para hacer estas deliciosas lágrimas de pollo, puedes optar por freír u hornear la carne. Dependerá del tiempo del que dispongas y de lo saludable que quieras comer. Si no te importa sumar calorías y tienes prisa, fríe las tiras de pechuga y si no, hornéalas. Nosotros, si tenemos que elegir, nos quedamos con esta segunda opción.
Receta: Tiras de pollo al parmesano
Ingredientes
1 o 2 pechugas de pollo
1 o 2 huevos
1 taza de pan rallado
1 diente de ajo
2 o 3 cucharadas de queso parmesano en polvo
Unas hojas de albahaca fresca
Una pizca de sal
Aceite
Elaboración
Trocea las pechugas de pollo en tiras de uno o dos dedo de grosor, para evitar que una vez fritas, queden muy secas y salpimenta.
Pica finamente la albahaca y el ajo y añade la mezcla a un bol grande con el huevo batido previamente. Introduce la pechuga en el bol con el huevo y reserva unos minutos para obtener una jugosidad extra.
Utiliza un plato grande y llano para pasar las tiras de pollo empapadas en huevo por el pan rallado.
Como te hemos contado, esta receta tiene dos preparaciones: freír u hornear. Si prefieres hacer las pechugas fritas, pon a calentar aceite en una sartén y cocina las tiras por ambos lados hasta que queden doraditas. Si optas por preparar las pechugas en el horno, ponlo a precalentar a 200ºC mientras preparas el rebozado y una vez listo, coloca las tiras de pollo en una bandeja y deja que se cocinen a 180ºC durante 5 o 6 minutos por cada lado.
Estas tiras de pollo resultan un acompañamiento ideal para platos como cremas, sopas o ensaladas. En caso de que sobren, puedes reservarlas en la nevera y tomarlas frías como si de un aperitivo o snack se tratase o añadirlas a cualquier ensalada. ¡Truco! Si les pones un poquito de tomate, ¡a los niños les encantarán!