Pollo al ajillo, una receta de mamá
El pollo al ajillo es una receta tradicional, de las de toda la vida. De esas que en cada casa se prepara de una manera diferente. Con guarnición o sin ella. Con vino blanco o con vinagre. Pasado por harina o sin pasar. Éstas suelen ser algunas de las principales diferencias de esta receta. La que hoy compartimos nosotros contigo es el pollo al ajillo que hacía mamá.
Para que el pollo coja bien el sabor y se integren todos los ingredientes, te aconsejamos preparar esta receta un día antes. Así, disfrutarás de un sabor más intenso.
Ingredientes
8-10 dientes de ajo
Zumo de limón
Harina
Perejil
Laurel
Vino blanco
Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
Sal y pimienta
Elaboración
Lo primero que tienes que hacer es trocear el pollo entero. Puedes decirle al carnicero que lo trocee por ti o hacerlo tú mismo. Si quieres que la receta sea más light, puedes quitar la piel al pollo. A nosotros esta receta de pollo al ajillo nos gusta con piel, pero tú eliges.
Salpimenta los trozos de pollo y pásalos por harina.
Pela los dientes de ajo y aplástalos con el cuchillo para que se abran un poco.
Pon AOVE en una sartén y cuando esté caliente, añade los ajos hasta que se doren, con cuidado de que no se quemen. Cuando estén, sácalos y reserva.
En esa misma sartén, fríe los trozos de pollo.
Mientras se fríe el pollo, en un mortero, haz un majado con los dientes de ajo, el perejil y el zumo de limón y añádelo a la sartén cuando el pollo esté listo. Incorpora también el vino blanco y las hojas de laurel.
Deja que se cocine todo junto hasta que reduzca la salsa y ¡listo para servir!
Acompaña con patatas panadera, fritas o al horno o con un salteado de verduras. Si, además, preparas una ensalada, disfrutarás de un completo menú. Saludable y nutritivo.
Y tú, ¿cómo preparas el pollo al ajillo? ¡Comparte con nosotros tu receta!