Croquetas de pollo caseras, la receta de la abuela
Cuando las palabras receta y abuela se unen en la misma frase, nada puede salir mal. De sobra es sabido la buena mano de nuestras abuelas en la cocina. Cocinan pausado, con mimo y con productos de la mejor calidad. Si a esto le unimos los años de experiencia que las avala, el éxito está asegurado. Algo que también lo está con esta receta de croquetas de pollo.
Las croquetas de pollo caseras que te proponemos hoy es una de esas recetas de toda la vida. Fácil, aunque laboriosa, y de aprovechamiento. Te aconsejamos que las hagas con las sobras de pollo asado o con el pollo que le hayas puesto al cocido, por ejemplo. El sabor es inigualable.
Ingredientes
Para la bechamel
100 g harina
1 litro leche
AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra)
Mantequilla
Nuez moscada
Para el relleno
250 g de pollo asado o cocido
1 cebolla
Sal y pimienta
Para rebozar
Harina, huevo y pan rallado
Elaboración
Empezamos desmenuzando la carne de pollo que tengamos, ya sea de pollo asado o cocido, y la reservamos.
Continuamos preparando la bechamel. Para ello, pica la cebolla y póchala en una cazuela con AOVE. Incorpora la harina y deja que se cocine unos minutos. Añade la leche, poco a poco, sin dejar de remover con la ayuda de unas varillas. Cuando tenga la textura deseada, añadir la nuez moscada, salpimentar e incorporar la carne de pollo desmenuzada. Remueve bien para que se integren todos los ingredientes y deja que dé todo junto un hervor unos minutos.
Pon la masa en una fuente y pasa por encima una nuez de mantequilla para evitar que la masa se reseque. Tapa con film y cuando esté fría, mete la masa en la nevera y déjala reposar, al menos 5 horas. Ten en cuenta que cuanto más fría esté y más tiempo dejemos la masa reposar, más fácil será dar forma a las croquetas. Por ello, si puedes hacer la masa el día anterior, ¡mejor que mejor!
Llega el momento de bolear las croquetas. Puedes hacerlo con la ayuda de dos cucharas o con las manos. Da la forma deseada a las croquetas y pásalas por harina, huevo y pan rallado. Ponlas en una fuente, tápalas con film y mételas en la nevera, al menos, un par de horas.
En este punto, también puedes congelar las croquetas y sacarlas directamente cuando vayas a freírlas. Fríelas en abundante aceite de oliva virgen extra bien caliente y ponlas sobre papel de cocina para que absorba el exceso de aceite.
Servir y disfrutar de semejante delicia. ¡Están exquisitas!